El presidente de Francia, Emmanuel Macron pronunció hace unas semanas un discurso durante la cumbre del G20 en Hamburgo, Alemania, que todavía sigue generando revuelo. 

Fue cuando se refería a la actual situación del continente africano, en términos sociales, políticos y económicos, cuando el mandatario francés afirmó que gran parte de sus problemas se deben a su alta tasa de natalidad. “El desafío de África es civilizacional” y "cuando unos países tienen todavía hoy siete u ocho hijos por mujer, se puede decidir gastar miles de millones de euros, pero no se logrará estabilizar nada", fueron las palabras que generaron malestar y que llevaron a que Macron sea calificado de racista y misógino. 

Desde las páginas del diario parisino Le Monde, el novelista yibutiano Abdourahman A. Waberi remarcó cómo el presidente galo evitó mencionar la "predación colonial" que sufrió el continente africano. Mientras que el filósofo camerunés Achille Mbembe criticó desde el semanario L’Express el maniqueísmo y el simplismo del discurso de Macron. 

Otro caso reciente de racismo presidencial francés 

Fue hace 10 años, en julio de 2007, cuando el por entonces presidente francés, Nicolas Sarkozy,  pronunció un discurso en la Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar en que alabando la historia y los valores de su nación se animó a decir que "el hombre africano todavía no había entrado suficiente en la historia". Además de cuestionar las capacidades de los africanos para regir su destino hacia el progreso. 

Incluso en su momento, plumas privilegiadas africanas salieron a responderle y se plasmaron las críticas en el libro L'Afrique répond à Sarkozy.