Continúan los revés para Michel Temer y no es para menos. Días atrás se difundió una conversación de 39 minutos entre el empresario Joesley Batista y el presidente, donde dialogan sobre un soborno para comprar el silencio de Eduardo Cunha. Pese a las maniobras de Temer, quien reiteró que no piensa dimitir y le reclamó al Tribunal Supremo que suspenda la investigación contra él por corrupción, continúan los pedidos de juicio político en su contra.

Esta vez, la número trece en contra de esta gestión, fue impulsada por la Orden de Abogados de Brasil (OAB), una influyente organización que engloba a todos los letrados del país, la cual anunció que la próxima semana presentará en el Congreso Nacional una petición de impeachment.

Previa votación y debate de siete horas dirección de la OAB dio a conocer a la prensa que su organización dictaminó por amplia mayoría que el presidente "en términos políticos ya no está en condiciones de permanecer en el cargo" entre las causas se encuentran que ellos consideran que Temer atentó contra la Constitución e incumplió los deberes de un funcionario público.

La OAB también sostiene que el presidente actuó de manera incompatible con el cargo, contrariando la Constitución y la Ley, al encontrarse con el director de una empresa investigada por la Justicia en una reunión con "un protocolo no habitual".

Si bien es la decimotercera vez que se intenta hacer un juicio político contra Temer, las otras doce fueron impulsadas por diputados de la oposición. Es la primera vez de una organización no partidaria.

La Constitución brasileña permite que cualquier ciudadano o grupo social tramite ante el Congreso una solicitud para abrir un proceso al presidente. El Tribunal Supremo de Brasil decidió el pasado viernes aceptar la petición del fiscal general de la República de investigar a Temer por corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y organización criminal.

La tramitación de las solicitudes de impeachment depende ahora exclusivamente del presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, hasta ahora un fiel aliado de Temer. Por el momento renunció un ministro y retiraron su apoyo tres formaciones, la más importante, el Partido Socialista Brasileño, que tiene 35 diputados.