Christine Lagarde debió comparecer ante la justicia francesa por su actuación cuando era ministra de Finanzas (2007-2011) en el Gobierno de Nicolás Sarkozy en el caso del empresario Bernard Tapie que realizó un juicio al Estado galo y en el que se la acusó a la exministra de negligencia en el arbitraje privado del mismo. 

Finalmente, y en contra de lo esperado, la justicia de Francia decidió culpar a Lagarde por su actuación en el caso y por haberle causado una pérdida "exorbitante" al Estado en el conflicto judicial.

Sin embargo, el tribunal especial-formado por tres jueces y doce parlamentarios (seis socialistas y seis conservadores)- determinó que Lagarde quede exenta de cumplir su pena aunque podría interferir de manera directa en su puesto al frente del FMI; como ocurrió en 2001 con Dominique Strauss-Kahn que tuvo que abandonar la dirección del organismo financiero por un escándalo sexual. El mandato de Lagarde expira el próximo verano europeo aunque por el momento no hay candidatos para que sea reemplazada.