Racha Sisodia fue declarada muerta el pasado 25 de febrero en el hospiral de Greater Noida, al norte de la India en el estado de Uttar Pradesh. 

Sus familiares y su dolido esposo- Racha era una recién casada- escucharon cómo los médicos les indicaban que la joven de 24 años no había sobrevivido a una fuerte infección pulmonar. 

Al día siguiente retiraron el cuerpo y, como es tradición para muchos indios, prepararon la pira funeraria para despedir a Racha. Sin embargo mientras el fuego empezó a arder, uno de los presentes notó que el cuerpo se movía. 

Inmediatamente empezaron a apagar las llamas pero ya era demasiado tarde. En un - ¿segundo?-  informe post-morten se confirmó que Racha todavía estaba viva cuando empezó a ser cremada ya que había aspirado cenizas que estaban en sus pulmones. 

El policía a cargo del caso,  Rajesh Pandey, destacó que si una persona está muerta es imposible que puedan llegar esas cenizas a los pulmones; en un cuerpo a medio quemar como en este caso.  

Antes de ser retirada del fuego, Sisodia ya tenía más del 70 % de su cuerpo quemado y algunos familiares comenzaron a dudar si su esposo no sabía que todavía respiraba.