Un verdadero baño de sangre fue el que tuvo lugar en el Complejo Penitenciario Anísio Jobi de Manaos, en el estado del Amazonas, donde las autoridades confirmaron al menos 60 muertos en un motín que se prolongó durante 17 horas y a partir del cual  varios presos fueron trasladados a penitenciarias federales de máxima seguridad mientras continúa la búsqueda de varias decenas de presos que lograron escapar. 

Francisco clamó por "condiciones de vida dignas" para los presos tras la masacre de Manaos

El Papa, ante unos 5000 fieles en el Aula Paulo VI del Vaticano durante la tradicional audiencia general de los días miércoles, se refirió a lo ocurrido en Brasil y señaló: "Expreso dolor y preocupación por lo sucedido. Invito a rezar por los difuntos, por sus familiares, por todos los detenidos en esa cárcel y por los que allí trabajan". 

Y agregó: "Renuevo el llamado para que los institutos penitenciarios sean lugares de reeducación y de reinserción social, y que las condiciones de vida de los detenidos sean dignas de personas humanas", además invitó  "a rezar por todos los detenidos del mundo, para que las cárceles no estén sobrepobladas y sean lugares de resinserción".

La carnicería al interior del penal se dio cuando miembros de la organización criminal- local de Manaos- conocida como Familia del Norte (FDN) atacó a los del grupo Comando de la Capital (PCC) de San Pablo. 

La organización no gubernamental Human Right Watch (HRW) instó a las autoridades de Brasil a retomar el control de su sistema penitenciario y su directora, Maria Laura Canineu. señaló:  "El fracaso absoluto del Estado ya que  viola los derechos de los presos y es un presente que está en manos de las facciones criminales, que usan las prisiones para reclutar a los integrantes".