El director y fundador del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB), Juan Carlos Izpisúa Belmonte, dimitió a su cargo por falta de apoyos financieros por parte de Cataluña y el gobierno español.

Si bien el centro, que durante casi diez años realizó avances en materia de células madre y medicina regenerativa reconocidos mundialmente, no espera ser cerrado de inmediato queda vacío de contenido ante la salida de su director. Esto se debe a que 18 de sus 21 proyectos científicos son propiedad intelectual de Izpisúa.

Fuentes de la comunidad científica catalana achacan lo ocurrido a “los recortes, la mediocridad política y la falta de sintonía con Madrid”.

Manuel Serrano, investigador del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas de España expresó: "El número de científicos con esta capacidad de generar conocimiento se cuenta con los dedos de la mano. Juan Carlos pertenece a la élite científica mundial, es una rara avis, y más rara todavía en un país como el nuestro con una potencia científica aún modesta. Me gustaría pensar que desde las instituciones se ha hecho todo lo posible por retenerle, no hacerlo sería incomprensible".

Durante el 2013 Izpisúa, quien posee una enfermedad renal, logró generar minirriñones a partir de células de la piel, hallazgo considerado por la revista Science como uno de los hitos científicos del año.