El lunes pasado, el presidente de Brasil, Michel Temer, se convirtió en el primer mandatario de ese país en ser acusado penalmente por cargos de corrupción, y este miércoles, el Supremo Tribunal decidió enviar la denuncia al Congreso para su tratamiento, que podría derivar en la suspensión de su mandato.

El magistrado Edson Fachin, instructor del caso en el Tribunal Supremo, fue quien decidió remitir el asunto a la Cámara baja. El juez envió la respectiva solicitud a la presidenta de la Corte, Carmen Lucia Antunes, responsable del trámite por cuestiones de protocolo.

En la solicitud, Fachin explicó que, de acuerdo con la Constitución de Brasil, una denuncia contra un mandatario en pleno ejercicio del poder sólo puede ser aceptada por el Supremo con el aval de la Cámara de Diputados. 

Una vez que la denuncia llegue a la Cámara, comenzará el proceso en la Comisión de Constitución y Justicia, que deberá ser convocada por la presidencia del Congreso, donde sus 66 miembros analizarán el caso durante un máximo de quince sesiones y votarán un informe en el que recomendarán aceptar o rechazar la acusación, para luego ser debatido por los diputados.

Si dos tercios de los 513 diputados votan por aceptar la denuncia, el trámite regresará al Supremo, que tras un debate en su propio pleno de once miembros decidirá si finalmente instaura el juicio contra Temer, quien en ese caso sería suspendido del poder durante los 180 días que duraría el proceso. 

La comisión está presidida por el diputado Rodrigo Pacheco, miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) que lidera el propio mandatario brasileño y tiene las primeras minorías tanto en ese comité como en la propia Cámara de Diputados. 

La minoritaria oposición, que votará en pleno por la aceptación de la denuncia y la consecuente suspensión de Temer, ha exigido que se le asigne la instrucción del caso en la comisión a un diputado de ese arco político, para evitar "interferencias" en los trabajos.