El país del sureste asiático que posee 13 estados y  tres territorios federales posee una monarquía constitucional electiva con la particularidad de ir rotando el trono entre los sultanes cada 5 años. Además de este reinado temporal cada sultán rige de forma vitalicia su estado. 

La aprobación del nuevo rey depende de un cónclave de sultanes electores que se maneja entre el misterio y la tradición y que para muchos provoca la misma fascinación que la elección del Papa en el Vaticano.  

Este martes Malasia proclamó- por segunda vez- a su rey número 15 desde su independencia, el joven sultán Mohamed V de Kelantan. Mohamed de 47 años sucedió a su padre que sufrió un derrame cerebral y después de que el sultán de Johor rechazara el Ejecutivo del país. El nuevo rey sustituye en el trono a Abdul Halim, quien con 89 años era el monarca más longevo del mundo, seguido por Isabel II de Inglaterra. 

En la capital del reino, Kuala Lumpur, ya organizaron la fastuosa ceremonia de coronación donde se congregaran las familias reales malasias, sumadas a la poderosa elite del sudeste asiático, en una nación de 27 millones de habitantes. 

Pero no todo es fiesta ya que Malasia se haya sumida en una crisis económica en la que los ciudadanos exigen la renuncia del primer ministro, Najib Razak, implicado en una causa de corrupción por el desvío de millonarios fondos estatales.