En plena ofensiva en desarrollo en Mosul, Irak, contra el bastión ocupado por los terroristas desde hace varios años, un soldado iraquí llamado Saad supo que su familia estaba en un convoy de micros que transportaban a civiles fuera de la ciudad.

Con ese dato, el joven comenzó a buscar a su familia desesperadamente mientras lo seguía la cámara de un corresponsal de guerra de la BBC que estaba en ese lugar.  

En el reencuentro, el soldado se quebró mientras su madre feliz le decía "No llores que sos un hombre" y se abrazaban. Según datos de Naciones Unidas son miles las familias que quedaron separadas y afectadas por la presencia de los yihadistas en Irak.