El canciller saliente de la Argentina habla de inestabilidad en Bolivia, de acuartelamiento de la policía y alguna situacion de prescindencia y llamamientos de la oposición pero evita decir la palabra Golpe.

Faurie evitó confirmar si el ministro del interior está en la embajada argentina.

Hasta Majul le explica al canciller que cuando los militares presionan a un presidente aun cuando llamo a elecciones se trataría de un Golpe de Estado clásico.

No hay peor ciego que el que no quiere ver.