La prefectura de Calais, en Francia,  maneja como cifras oficiales la presencia de 6.900 migrantes en el asentamiento mientras que la Asociación para el Alojamiento de Emigrantes eleva el número a 9.106; y  el sindicato policial Alliance dice que “se llegará a 10.000 en los próximos días”.

Lo cierto es que más allá de la precisión del número, el hacinamiento y las precarias condiciones resultan inaceptables para miles de personas que buscan escapar a la guerra y el hambre. 

“Hay que atajar los problemas en esas zonas de origen. Si no, el fenómeno seguirá y aumentará”, exclamó Alain Privot, presidente de la Liga de Derechos Humanos de Francia a El País. 

El Gobierno francés intentó tomar, desde el último febrero, medidas para poner fin al asentamiento (incluida la represión que fue denunciada por organismos internacionales e incluso por el artista Banksy ) pero no tuvo éxito- tampoco con las viviendas precarias instaladas en contenedores-  y el número de personas sigue en pleno crecimiento. 

Pero no sólo se trata de las terribles condiciones en las que viven los refugiados sino también en la violencia creciente que se da dentro de "La Jungla" como enfrentamientos- que no pueden ser detenidos por las autoridades dado que son superados en número- y que ya tuvieron saldos de heridos graves y víctimas fatales. 

El asentamiento conocido como "La jungla de Calais" ya alcanza los 10 mil refugiados

“Pido la apertura en Inglaterra de un centro de tratamiento de peticiones de asilo de quienes están en Calais, de forma que sean los ingleses quienes hagan el trabajo que les corresponde. Serán ellos los que tendrán que organizar los charters para devolver a sus países a quienes ellos rechacen”, planteó Nicolas Sarkozy que busca suceder a Hollande; en una región donde la ultraderecha vuelve a pisar fuerte en las encuestas.