Amber Swink bebió de más en su casa en  la ciudad de Dayton- en Estados Unidos- y armó tal alboroto que los vecinos llamaron a la policía que se la llevó a un  centro de reclusión local.

Si bien el incidente ocurrió el 15 de noviembre de 2015, recién ahora se conocen las imágenes del abuso que sufrió la joven por parte de un policía después de que ella denunciara cómo había sido tratada. 

Swink estaba atada en una silla y gemía de dolor por el gas pimienta que le arrojó la sargento Judith Sealey. La tortura quedó grabada en las cámaras de seguridad del lugar. Ahora los policías que estaban en el destacamento esa noche deberán rendir cuentas ante la justicia.