"La paciencia estratégica se ha terminado", aseguró el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson en una rueda de prensa celebrada con su homólogo surcoreano, Yun Byung-se en Seúl. 

Tillerson, en la segunda etapa de su gira asiática,  advirtió que "todas las opciones están sobre la mesa "aunque subrayó que Washington no busca un conflicto militar, algo que "dejamos claro en nuestras comunicaciones" pero que ante las reiteradas provocaciones de Corea del Norte  ésta "recibirá una respuesta adecuada". 

Además apuntó que "si ellos aumentan la amenaza de su programa de armamento a un nivel que creamos que haga necesaria la acción, esa opción está sobre la mesa". Y aseguró que lo mejor para Pyongyang "es abandonar su programa nuclear y de misiles y el desarrollo de cualquier arma de destrucción masiva", y que se barajan "una nueva gama de medidas en materia diplomática, de seguridad y económica".

La posición de Estados Unidos es seguida de cerca por Japón y por Corea del Sur cuyo gobierno entró en un momento de absoluta inestabilidad con la destitución por corrupción de la presidenta Park Geun-hye.

Desde Washington afirmaron que "se terminó la paciencia" con Corea del Norte

Pero Corea del Norte sigue sin hacer caso a las posibles represalias y amenazó con probar este mismo año un misil de largo alcance que podría tocar territorio continental estadounidense, poco después de lanzar en menos de un mes cinco cohetes de alcance intermedio hacia el mar de Japón. Pyongyang defendió sus pruebas militares por las acciones de Seúl y Washington en suelo surcoreano