Según lo señalado por el propio Barack Obama en conferencia de prensa, tras la reunión privada que mantuvo en Casa Rosada con su anfitrión, el gobierno norteamericano apoyó golpes de Estado en América Latina porque la política de derechos humanos de esa nación "era tan importante como nuestra lucha contra el comunismo".

Las políticas exteriores de los Estados Unidos "han cambiado", aclaró el mandatario, aunque no puntualizó en qué... Pero de sus dichos en Cuba puede desprenderse hacia dónde apunta el viraje, teniendo en cuenta que la 'guerra fría' lleva décadas sepultada y los desafíos del país más poderoso de la Tierra son otros.

Por un lado, el "terrorismo internacional" que Obama prometió "derrotar"; y por otro, la crisis económica internacional que afecta la estabilidad de los países más poderosos del planeta, debido especialmente a la fuerte caída de los precios de los 'commodities'.

Así, el presidente norteamericano pretende avanzar en el cierre del campo de concentración de Guantánamo, como anunció en La Habana a principios de semana. ¿Por razones humanitarias? ¿Por las continuas denuncias de violaciones a los derechos humanos básicos que allí se cometen diariamente contra los 91 detenidos ilegalmente? No: por razones económicas...

Según los registros del gobierno de los Estados Unidos, el año pasado se invirtieron 450 millones de dólares para el funcionamiento del campo de concentración ubicado en el este de Cuba. El cierre de la cárcel le permitiría a su país ahorrar 50 millones de dólares al año, y ''así podemos ahorrarle a los contribuyentes mucho dinero'', añadió Obama.

"Hemos tenido mucha autocrítica en los Estados Unidos", sostuvo el mandatario norteamericano durante la conferencia de prensa del miércoles en Casa Rosada, respecto al apoyo de su país a los golpes de los 60 y 70. Pero, al parecer, ninguna respecto a los genocidios de avalaron y financiaron en diferentes países sudamericanos.

El "cambio", pues, no va más de un viraje en las políticas norteamericanas: de la 'guerra fría' hacia la guerra con objetivos económicos, una cuestión estratégica que se expresa claramente en la actuación de los Estados Unidos en países de oriente, donde el control del petróleo –sea por medio políticos, financieros y/o militares– se cuenta entre las prioridades norteamericanas.

No es de extrañar, entonces, que el pago irrestricto a los fondos buitre por parte del gobierno macrista resulte clave para la "nueva relación" que los Estados Unidos buscan establecer con la Argentina. De hecho, el acuerdo con los 'holdouts' resultó clave para que Obama pise nuestro suelo y plantee que Macri es "un ejemplo" para la región...

En ningún momento de su actual gira latinoamericana, ni en Cuba ni en la Argentina, Obama planteó que los derechos humanos son prioridad para su gobierno porque, sencillamente, el suyo en un país que los viola sistemáticamente en distintos puntos del planeta. Antes por la 'guerra fría'; ayer y hoy por el terrorismo y los intereses económicos de sus empresas.