A eso de las 9.30 (hora francesa) dos individuos ingresaron a una capilla de Saint Etienne du Rouvray, en Normandía, y tomaron como rehenes a las cinco personas que se hallaban en su interior: el sacerdote, dos monjas y dos fieles.

Una de las monjas logró evadirse y dio el alerta a las autoridades, que concurrieron al lugar inmediatamente e intervinieron para terminar con la toma de rehenes: como resultado, los dos secuestradores resultaron muertos.

Además, los efectivos del cuerpo de élite de la Brigada de Investigación e Intervención (BRI) hallaron en el lugar a uno de los rehenes fallecidos, presumiéndose que se trata del sacerdote.

ISIS se atribuyó el atentado.