Según comentaron los testigos, el hombre ingresó a la fábrica con un automóvil y provocó varias explosiones, por lo que varios trabajadores resultaron heridos.

El atacante gritó pertenecer al Daesh (como se denomina al Estado Islámico en Francia), además, se encontraron en el lugar varias banderas con inscripciones islámicas.

Lo más terrorífico, fue el hallazgo de una cabeza humana clavada en una de las rejas de la fábrica, también con inscripciones de los fundamentalistas islámicos y a varios metros del cuerpo. Aunque el fallecido no pertenece al personal de la planta.

Por este hecho fue detenido un sospechoso de 30 años, y Hollande, desde Bruselas, afirmó que sin duda "se trata de un ataque de naturaleza terrorista", a seis meses de lo ocurrido en Charlie Hebdo.

Por su parte, la sección antiterrorista de la Fiscalía de París abrió una investigación por "asesinato y tentativas de asesinato en banda organizada y en relación con un acto terrorista".