Después de la fiebre por buscar y señalar a las personas que alguna vez fueron de cacería -de animales pequeños en cotos o grandes bestias salvajes- Pablo Rago contó que su poca experiencia fue en su niñez y que una fuerte imagen con mucha sangre lo impresionó tanto, que nunca más quizo compartir el rito familiar.

Además de aclarar que lo suyo con Vannuci fueron apenas algunas salidas, derribó aquel mito histórico del mundo del espectáculo que lo relacionaba con el asunto de la zanahoria.