La película se llama Blue Valentine, es algo vieja (2010), pero esta escena es para recordar. El cine romántico y pochoclero, en general, nos presenta a todos como asexuados. Y, si no lo hace, la cámara nunca está ahí para mostrar que no, que a la mayoría le gusta coger y, por qué no, ver como otros cogen.

Este drama romántico dirigido y escrito por Derek Cianfrance, está protagonizado por Ryan Gosling y Michelle Williams. Un matrimonio aburrido y deteriorado que se reencuentra en un hotel temático para ver si pueden avivar la llamita de la lujuria.

Sutil, delicada pero precisa, esta escena tiene poca información pero la carga exacta de erotismo que se necesita para que la mente labure y se te prendan fuego, al menos un poco, los pelitos de la nuca.