Este es un suple de sexo. Y así como el sexo "siempre existió", el arte fue quien buscó plasmar lo que hoy nos resulta muchísimo más habitual de ver. Gustave Courbet, por ejemplo, fue un revolucionario. Pintor francés, fundador y máximo representante del realismo. De hecho, fue él quien acuñó el término a esta corriente cuando expuso en 1855 en París bajo el título "Realismo". Courbet era algo soberbio, creía que nadie estaba a su altura y tenía bien atadito el tema de romper con los moldes. Se lo criticaba por salirse de las líneas y mostrar algunas realidades incómodas.

El tipo en 1848 pintaba cosas que mamita. Courbet fue etiquetado como peligroso y el jurado artístico de su época rechazaba sus exposiciones. Él decía: "Si dejo de escandalizar, dejo de existir".

Hay muchísimos artistas que murieron sin saber que sus obras iban a estar en talleres, en notas periodísticas, en canciones, historias, obras de teatro pero, sobre todo, muchísimo dinero. Courbet no es el caso. Vivo, ganó la medalla de la Legión de Honor, pero era un toque rebelde y la rechazó. Y si bien afirmaba que quería morir como un hombre libre y sin depender de ningún poder ni religión, se metió un poquitito en política. Utilizando el arte como ventana de expresión social, admitía su compromiso con el socialismo. Fue el encargado de los museos de París, estuvo preso y murió a los 58 años víctima de una cirrosis.

Uno de sus cuadros más famosos es una vagina peludita (1866) que hoy está expuesta en el museo Orsay de París y se llama "El origen del mundo". Porque bueno. Claro. Es un buen título. La obra desapareció durante mucho tiempo y adivinen en dónde estaba: en la casa del famoso psicoanalista francés Jacques Lacan. Datito precioso.

Courbet escandalizó al público con su nueva visión realista en cuadros sobre hechos cotidianos. Ahí los personajes están representados con toda su vulgaridad, o con una sensualidad comprometedora. Aquí Erotismo Registrado seleccionó algunas de sus obras más intensas y sexuales. Enjoy.