Por primera vez en casi 20 años, YPF tuvo que anotar pérdidas de $ 28.379 millones en su resultado neto. La compañía comunicó ese resultado negativo a los inversores. Aunque sus ingresos crecieron un 34% en 2016, trepando de $ 156.000 millones a $ 210.100 millones, el resultado de la petrolera quedó afectado por un deterioro en el valor de sus activos, que ya se había reflejado en el tercer trimestre.

La acción de YPF pasó de generar una ganancia de $ 11,68 en 2015 a una pérdida de $ 72,13 en 2016. Eso representa una suba en el perjuicio de 717%. 

En el tercer trimestre, YPF anotó un cargo por deterioro de activos por $ 36.200 millones. Eso fue por “reducción estimada en los precios del petróleo crudo comercializado en el mercado interno, conjuntamente con la evolución del comportamiento de los costos estimados en función tanto a variables económicas como de comportamiento operativo de nuestros activos”.

Aunque varios analistas de la acción de YPF miraron al director financiero, Daniel González, como responsable de estos números, el actual presidente Miguel Angel Gutiérrez lo mantuvo en el puesto. 

Una petrolera integrada como YPF tiene ingresos como productor (en la jerga se lo llama Upstream) pero también como refinador y vendedor de combustibles (llamado downstream). El primer segmento fue el generador de pérdidas por $ 26.845 millones. Allí está el “deterioro de propiedades, plantas y equipos” que sufrió la empresa.

El precio del barril comercializado en el mercado doméstico bajó de US$ 67,6 a US$ 58,9, alineado con una política del Poder Ejecutivo en ese sentido. En cambio, el valor del gas subió 5,8%, de US$ 4,50 por millón de BTU (la unidad de referencia de la categoría) a US$ 4,76, también algo alentado por la actual administración del país.

El precio de las naftas promedió un aumento del 34,1% en 2016. Las ventas de YPF subieron un 32%. Hubo una disminución en el despacho general de naftas del 1,3%, pero eso quedó compensado con una mejora del 1,1% en el combustible premium.