Como suelen hacerlo, las entidades financieras se curan en salud; en esta ocasión, con relación a la inflación presente y a la futura: cobrando intereses descomunales a quienes no paguen el saldo mensual completo de su tarjeta de crédito.

Según un informe realizado por Letrap.com.ar, los costos de financiamiento del 'dinero plástico' se ubicaban en el 40 por ciento durante 2015, pero desde la devaluación realizada por Mauricio Macri y el despegue de la inflación, ahora tienen un piso del 60 por ciento.

De acuerdo al Banco Central, sólo para financiar gastos de tarjetas el banco Hipotecario cobra una tasa de 55 por ciento, el Galicia, 50 por ciento; el Santander Río, de 53 por ciento; el Citi, de 50 pro ciento; el Bapro, el 42 por ciento; el Ciudad, el 54 por ciento, y el Nación, el 52 por ciento, por tomar algunas entidades de referencia.

Pero si a esos porcentajes anuales les sumamos punitorios, cargos fijos, seguro de vida por pago en cuotas y saldo impago e impuestos (como IVA e Ingresos Brutos), el porcentaje puede rozar el ciento por ciento en el financiamiento de los saldos.

"Ese 60 por ciento termina siendo más de un 80 por ciento y hasta 100 por ciento cuando la tasa es efectiva y se le agrega el IVA, seguro de vida y gastos administrativos", asegura Daniel Vardé, socio de Deloitte Argentina citado en el informe de Letrap.

La conclusión es, entonces, que no hacer el pago completo sino el mínimo y el resto en cuotas termina siendo un gran negocio sólo para las entidades financieras.