Hay dos formas de entender las ciencias económicas: como una ciencia que analiza números a secas, o como una ciencia que sí, analiza números, pero que detrás de ellos hay personas. 

Sergio Berensztein, penalista de Animales Sueltos, neoliberal de la pantalla chica, está en el primero grupo. Es que sólo una persona a la que no le importa el prójimo cuando piensa en la economía puede afirmar que el cierre de una empresa, es decir, que cientos se queden en la calle, es una "buena noticia". 

El economista sólo justifica su afirmación en que estos cierres son producto de la reconversión del mercado y las nuevas demandas de los consumidores, cosa que no aplica para el cierre de PepsiCo, que en realidad va a seguir haciendo los mismos snacks pero en otro lugar. Pero aun si fuera el caso, el problema sigue siendo el mismo: ver a la economía sólo con el prisma de la maximización de la ganancia empresaria y a los trabajdores como un recurso más, o con el que el lente que te permite divisar que esos 'recursos' son personas.