En Retiro no se ven globos amarillos. De hecho, en plena época de crisis económica, con recesión, subas de precios exorbitantes, quita de subsidios y transferencia de recursos, la gente tiene que arreglárselas como puede.

Es el caso de cientos de personas que antes viajaban en micro de manera recurrente, pero ahora no llegan para pagar el pasaje y no tienen otra opción que el tren.

La realidad se puede ver en la estación de Retiro, donde familias enteras se agolpan en filas interminables para intentar sacar el pasaje un poco más barato y así sobrevivir.

De hecho, hay algunas familias que acampan desde el viernes para poder hacerse con los boletos del tren y poder viajar a sus lugares de origen, como también visitar familiares.