El Gobierno de Macri no para de sorprender. Ahora con la decisión de fugar a Gran Bretaña el oro del Banco Central de la República Argentina, con el fin de que los ingleses lo tengan bajo custodia.

Aunque desde el oficialismo quieran dibujar la maniobra como una inversión para obtener rentabilidad en el mercado internacional, la realidad es que la estrategia pone en jaque a la soberanía económica argentina.

Los lingotes habían sido adquiridos en 2012 durante la gestión de Mercedes Marcó Del Pont en el Banco Central y en la actualidad constituyen un fuerte reaseguro frente a la inestabilidad financiera internacional.

Esto sin contar que el dinero corre el riesgo de ser embargado por Fondos Buitre y otros acreedores financieros, que podrían acceder muy fácilmente a los lingotes. Aunque Clarín afirma que "en un futuro las reservas en metal fuera del país podrían servirle al Gobierno como garantía exprés a cambio de un préstamo internacional".