Si se toman en cuenta las erogaciones por compromisos financieros, el país tuvo en marzo un déficit de 4.366,2 millones de pesos. Sin embargo, en el mismo mes hubo un notorio incremento del superávit primario, parte clave del escenario económico.

A diferencia de lo que sucedía en la década anterior, cuando no existía superávit primario, Argentina tiene potencialmente la posibilidad de revertir el escenario de deuda mediante el crecimiento de la recaudación.

En marzo de este año, el Sector Público Nacional registró en marzo un superávit fiscal primario de $3.569,5 millones, en función de una suba de recursos por $21.388,7, según informó el Ministerio de Economía. Es un crecimiento del 700% respecto del mismo mes del año anterior.

El notorio incremento de los recursos se debe al crecimiento del de los Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social y en los Ingresos Tributarios, rubro que registró un crecimiento de 39,1 por ciento anual en el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y 27,8 por ciento en Ganancias.

En tanto, que el incremento del Gasto Primario del 35,7 por ciento, fue destinado fundamentalmente a las prestaciones de la Seguridad Social, las Transferencias Corrientes a personas y empresas privadas y las Remuneraciones.

Las prestaciones de la Seguridad Social crecieron 27,9 por ciento, básicamente por los aumentos de haberes que se otorgan dos veces al año por la Ley de Movilidad Jubilatoria y por la mayor cantidad de beneficiarios.

Esto significó 5.595,4 millones de pesos más que en el mismo mes del año pasado, que equivale a más de 2 millones de jubilaciones mínimas.

Los números del superávit fiscal materializan la transformación que vivió el país en estos últimos diez años y, de continuar en esta senda, el déficit financiero podría reducirse paulatinamente.