En el día de ayer, 22 de agosto, el Departamento de Comercio de Estados Unidos informó que impondría aranceles compensatorios -antes eran del 4,5%- para la importación del biodiésel que irían desde un 50,29% a un 64,17%, con impacto directo en la industria nacional que hoy destina más del 90% de sus exportaciones hacia ese país. 

La decisión cayó como un balde de agua fría en las relaciones bilaterales- en especial después de la reciente visita del vicepresidente Mike Pence a nuestro país, producto de su gira latinoamericana en la que los vínculos económicos y el aislamiento regional a Venezuela marcaron su agenda política. 

"Los Estados Unidos valoran sus relaciones con la Argentina e Indonesia, pero incluso las naciones amigas deben cumplir las reglas", se justificó el secretario de Comercio de los Estados Unidos, Wilbur Ros, en un comunicado difundido por el Departamento de Comercio ante la fuerte medida. 

Para la Administración de Trump la decisión de aumentar los aranceles fue tomada por las retenciones, ya que- según su análisis-  mientras que la exportación de biodiésel no paga arancel, el aceite de soja (materia prima del biocombustible) tributa el 27% lo que genera un fomento interno para que las empresas transformen el aceite y así venderlo al exterior como biodiésel. 

El comunicado de Ros agregó: "La subvención de los bienes por parte de gobiernos extranjeros es algo que el gobierno de Trump toma muy en serio, y seguiremos evaluando y verificando la exactitud de esta determinación preliminar".

"No hay animosidad contra la Argentina, esto forma parte del proceso de negociaciones entre ambos países y se inscribe en el nuevo marco de política más general que está aplicando ahora Estados Unidos", indicaron fuentes en Washington- no identificadas- que dialogaron con La Nación. 

El país cuenta con 7 días hábiles para presentar una contrapropuesta al elevado arancel, aunque lo cierto es que la resolución del Departamento de Comercio estadounidense es provisoria ya que todavía falta un fallo respecto de la demanda -de la National Biodiésel Board (NBB)- por supuesto dumping contra el biodiésel local.

Se cree que en octubre se conocería la decisión final y de ahí en más se estipularía un arancel definitivo clave para la industria del biodiésel nacional. 

Luis Zubizarreta, presidente de CARBIO (La Cámara Argentina de Biocombustibles), afirmó, en diálogo con Ámbito Financiero: "La decisión del Gobierno norteamericano es sorprendente e injustificada, muestra un alto grado de discrecionalidad y una política proteccionista que no se encuentra acorde a lo establecido por la OMC [Organización Mundial de Comercio]; en la Argentina no existen subsidios para beneficiar las exportaciones de biodiésel".