La semana pasada se anunciaba oficialmente que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) había aumentado en febrero 2,4 por ciento a nivel nacional. Según informó el Indec, la inflación había sido motorizada por el aumento de las tarifas de servicios públicos y los alimentos.

Casi simultáneamente, el jefe de Gabinete daba su informe de gestión en Diputados y aseguraba que "la inflación está bajando", mientras otros funcionarios afirmaban que en los próximos meses “bajará más”.

Tales declaraciones, sin embargo, reflejan solamente lo que el Gobierno trata de ocultar: su impotencia para reducir los índices inflacionarios; incluso, que es el factor determinante para que el proceso inflacionario siga su curso.

De hecho y teniendo en cuenta que los sucesivos e interminables tarifazos en los servicios públicos son ‘culpables’ de que los índices no bajen, ya se sabe que el mes próximos se vienen nuevos aumentos en las tarifas. Lo que hace complejo bajar la inflación…

En abril, por ejemplo, debería implementarse el aumento de gas pactado durante las audiencias públicas de febrero: las distribuidoras porteñas habían pedido entre 35 y 45 por ciento de incremento y las del interior una suba del 58 por ciento.

También habrá nuevos tarifazos en el transporte: el boleto mínimo de colectivos pasará de 8 a 9 pesos y los pasajes de trenes variarán entre 12 y 13 por ciento, dependiendo de la línea ferroviaria.