El dato no se encuentra en el cable de DyN, que presenta la noticia así: "El consumo de carne vacuna por habitante por año en Argentina alcanzó los 55,2 kilogramos en el período enero-noviembre".

Y si bien luego en el desarrollo de la nota se refiere a que el número "implica una caída del 6,7 por ciento anual", el título no advierte sobre el desplome de la actividad, que registró otras notables caídas durante el año.

El dato no es menor, y quien lo informa menos. Se trata del balance anual de la Cámara de la Industria de Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).

"A lo largo del corriente año, la caída de la capacidad adquisitiva de la población (por aceleración de la tasa de inflación y por caída del nivel de actividad general y del nivel de empleo) hizo que el consumo interno de carne vacuna experimentara una caída de 6,7 por ciento interanual", señaló CICCRA en su último informe sectorial.

Pero además, tal explica Julia Strada, economista integrante de CEPA (Centro de Economía Política Argentina), en el diario de Víctor Hugo, el precio de la carne espanta al público y lo hace elegir otras carnes, por caso, pollo y cerdo.  

No obstante, en noviembre se registró el segundo mes consecutivo de baja de precios de la carne vacuna, aunque eso no registró un incremento en las vetnas.

"El precio promedio de la hacienda en pie registró una caída, de 2,8 por ciento mensual y, de esta manera, retornó al nivel promedio del bimestre junio-julio de 2016", señaló el informe.

Según indicó CICRRA, la caída de la demanda alcanzó a 154,7 mil toneladas de res menos que los consumido entre enero y noviembre de 2015.