El tradicional símbolo de los Juegos arribó este miércoles a la ciudad brasileña donde el viernes se realizará la ceremonia inaugural.

La llama fue trasladada por la mañana en un bote desde la vecina ciudad de Niteroi y a través de la Bahía de Guanabara, sede del yachting.

"Este es un momento muy especial para nuestra ciudad y nuestro país", señaló el alcalde de Río, Eduardo Paes, durante un acto de recepción del fuego olímpico en la Escuela Naval, a orillas de la bahía, según citó el portal 'O Globo'.

De todas maneras, la antorcha no se quedará quieta hasta el viernes. Antes de llegar al Maracaná, recorrerá 90 kilómetros dentro del estado de Río, donde la transportarán unas 600 personas.

El fuego olímpico pasará por los escenarios de distintas postales cariocas, como la estatua del Cristo Redentor en el cerro del Corcovado, el morro del Pan de Azúcar y las playas de Copacabana.

Algunas figuras del deporte estarán entre los últimos portadores de la llama antes de la ceremonia. Entre ellos están el ex voleiboista Jackie Silva y el ex futbolista Cafú. Resta saber quién será el último de los 12.494 relevistas, aquel que encenderá el pebetero. ¿Será Pelé?

Medios locales especulan con esto, ya que el propio ex futbolista admitió haber recibido la invitación (su salud, a los 75 años, es un posible impedimento).

Lo cierto es que el astro del fútbol está analizando con sus patrocinadores si puede liderar la ceremonia de la antorcha en el estadio Maracaná.

“Tengo un contrato que estoy obligado a cumplir”, dijo Pelé a Globo TV la noche del martes, añadiendo que estaba consultando con la empresa estadounidense que tiene los derechos de su marca para ver si puede aceptar la invitación del comité organizador de los Juegos.

“Como brasileño, me encantaría hacerlo”, dijo el ex futbolista de 75 años, quien ayudó a su país a ganar la Copa del Mundo tres veces y que podría dar inicio a los Juegos en el estadio donde anotó su gol número 1.000 en 1969.