Durante en los entrenamientos de esta semana de ambos combinados nacionales sorprendió una espesa neblina que dificultaba la visión. Esa niebla no es otra cosa más que la polución de uno de los países más contaminados que hay en el mundo. Tanto Argentina como Brasil sufrieron problemas durante los entrenamientos producto de las emisiones que se registran hace más de 50 horas, el tiempo más prolongado en lo que va de este año.

Las partículas conocidas como PM2.5, con las que se mide la contaminación urbana, registran al día de hoy cifras 16 veces mayores a los niveles de seguridad establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que obligó a las autoridades a emitir una alerta naranja, el segundo nivel más alto.

Pero podría ser peor. Según la OMS la contaminación ambiental esperada para el partido entre Brasil y Argentina –este sábado a las 9 de la mañana– será 20 veces mayor de lo habitual, lo que supone una alerta naranja y puede poner en riesgo la salud de los futbolistas.

Dunga, el director técnico de Brasil, ya comunicó que esta niebla tóxica puede afectar al rendimiento de los jugadores y no va a dudar en interrumpir el encuentro las veces que sea necesario por el bien de sus pupilos.

"La contaminación en Pekín es mala tanto para Brasil como para Argentina así que ambos equipos tendrán que adaptarse y lidiar con ella ya que es algo que no podemos cambiar por nosotros mismos", aseguró a los medios. En sentido contrario, Gerardo Martino quiso restar importancia al asunto y manifestó que ésta contaminación no modificará las condiciones del juego.

En tanto, ya son varios jugadores que se vieron afectados de tener que respirar esta contaminada neblina. Al propio Lionel Messi se lo pudo ver tosiendo con fuerza en el último entrenamiento de la 'albiceleste', por lo que tuvo que ser asistido. Mientras que Robinho no dudo en quejarse públicamente: "Cuesta respirar, mi garganta está seca, es como si estuviéramos al lado de una fogata y respirásemos aire caliente", advirtió.

"En el día a día, el uso del carbón está reduciendo la esperanza de vida en China, expresó Mauro Fernández, coordinador de la campaña de Clima y Energía de Greenpeace. El directivo luego agregó: "Es imperiosa la puesta en práctica de un plan de emergencia que involucre el cierre de plantas obsoletas, así como el abandono acelerado y absoluto de la quema de carbón para generar energía".

Cabe destacar que las imágenes satelitales muestran una espesa ola de contaminación que proviene de las áreas al sur de Pekín, donde se concentran las fábricas de hierro, acero y otras industrias pesadas.