Schwartzman, 41 en el ranking mundial, jugó otra vez en gran nivel y no le dio chances a Struff (58), al que superó en apenas una hora y diez minutos de partido, y en busca de las semifinales enfrentará a Nadal (7), nueve veces campeón del torneo del principado y que hoy vapuleó al alemán Alexander Zverev (20) por 6-1 y 6-1.

Todo bien hizo Schwartzman. Rápido de piernas para pegar casi siempre bien parado, con mucha firmeza en los apoyos y explosión para responder a la potencia de Struff. 

Agresivo con el drive, muy regular con el revés y lúcido para variar alturas y ángulos, Schwartzman repitió el gran repertorio que le había permitido dejar en el camino al español Roberto Bautista Agust (18).


Dos quiebres en el primer set le permitieron a Schwartzman cerrar el parcial por 6-3, y lejos de relajarse, el porteño siguió con la misma intensidad y aprovechó las oportunidades que le dio un teutón cada vez más irregular. Firme con su servicio y con quiebres en el segundo, cuarto y sexto game sobre el saque de Struff, Schwartzman le puso el moño al triunfo con un contundente 6-0.


La muy buena forma física del porteño es una de las claves en este presente, y el trabajo junto a Martiniano Orazi dio sus frutos. Orazi, que estuvo casi ocho años junto a Juan Martín Del Potro, comenzó a trabajar con Schwartzman a fines del año pasado.


El actual entrenador de "Peque" es Juan Ignacio Chela, quien desde su estilo desestructurado ha logrado potenciarlo.


El porteño es el único argentino que sigue con vida en el primer gran torneo de la gira sobre polvo de ladrillo que culminará en Roland Garros, el segundo Grand Slam de la temporada, pero mañana tendrá del otro lado de la red al mejor de la historia sobre esa superficie.


Nadal, que parece haberse reinventado este año, vapuleó a Zverev, una de los jugadores con mayor proyección del circuito, y quiere festejar por décima vez en Montecarlo, para alcanzar su título 50 sobre polvo y superar a Guillermo Vilas.


Será el tercer enfrentamiento entre el argentino y Nadal, pero el primero sobre polvo de ladrillo. El mallorquín se impuso en el ATP de Acapulco de 2013 por 6-2 y 6-2, y en el Abierto de Estados Unidos de 2015, por 7-6 (5), 6-3 y 7-5.