La primera de ellas se dio en abril de 1931, cuando se originó, precisamente, el profesionalismo, a partir de que los futbolistas se plantaron para poner fin a la denominada 'Ley candado'.

El más significativo de todos los paros data de noviembre de 1948. Los futbolistas, todos en actividad, le hicieron huelga al primer gobierno de Juan Domingo Perón. Las últimas fechas del campeonato se jugaron con juveniles y la mayoría de los jugadores emigró a Colombia, tiempo después.

Las demandas abarcaban la profesionalización, los derechos laborales, vacaciones pagas, libertad al final del contrato. También se solicitaba a Agremiados la entidad sindical y el otorgamiento de personería gremial, que finalmente se dio a partir de la gestión de Oscar Nicolini, funcionario interviniente en el conflicto.

Lo que siguió fue un éxodo de las figuras. Los líderes Fernando Bello, arquero de Independiente; Oscar Basso, defensor y capitán de San Lorenzo, fue designado secretario gremial.

A Colombia emigró más de medio centenar de futbolistas argentinos (Adolfo Pedernera, Roberto Di Stéfano, José Manuel Moreno, Néstor Rossi). No estaba afiliada a FIFA y la futura federación contrató con salarios y "primas" a 109 futbolistas del exterior. La mitad, argentinos.

En marzo de 1971, antes de iniciarse el Metropolitano, Agremiados, bajo la conducción del fallecido José Omar Pastoriza, ingresó en conflicto. Hubo una medida de fuerza que afectó la normal realización de la primera fecha del torneo, que se llevó a cabo íntegramente con elementos amateurs. ¿El reclamo? La elaboración del Estatuto del Futbolista.

Hubo represalias de la dirigencia y el 'Pato' Pastoriza, en ese entonces crack de la mitad de cancha de Independiente, debió emigrar al Mónaco francés.

En agosto de 1975, FAA convocó a un paro por la firma del Convenio Colectivo de Trabajo (CCT), acuerdo demorado en el ámbito del Ministerio de Trabajo.

La penúltima fecha se jugó, íntegramente con juveniles, y River cortó el maleficio de salir campeón después de 18 años, tras ganarle por 1-0 a Argentinos Juniors, en cancha de Vélez, con aquel gol del recordado Rubén Bruno.

En 1984, Boca mantuvo un serio conflicto con su plantel, por deudas impagas en concepto de salarios. Intervino el gremio para apoyar la libertad de acción de varios de ellos. Hubo una medida de fuerza y el elenco xeneize terminó jugando con elementos de Tercera división, como en un recordado partido con Atlanta (1-2) en la Bombonera, cuando la camiseta de los pibes boquenses de aquel entonces tuvo los números pintados con fibrón de color negro sobre una remera blanca, a partir de la similitud de colores en las casacas de ambos clubes.

En enero de 1985, por su lado, Oscar Ruggeri y Ricardo Gareca obtuvieron la libertad de acción y firmaron para River, en el contexto de un conflicto por medio del cual pasaron a Boca, Carlos Tapia y Julio Olarticoechea.

Tres años más tarde, en 1988, una agresión en un estadio de Instituto motivó otro paro. El entonces defensor de San Lorenzo, Claudio Zacarías, fue alcanzado por un petardo que se arrojó al vestuario. Hubo una seria lesión en uno de los brazos del jugador.

En 1993, también en Córdoba, el árbitro Javier Castrilli expulsó a cinco jugadores de Talleres y se originó un escándalo. Un juez produjo una medida cautelar en reclamo a la AFA. Agremiados llamó a una medida de fuerza “reclamando por derechos de los sancionados”, se comentó.

En julio de 1997, futbolistas de Deportivo Español recurrieron al gremio enfrentando al entonces presidente Francisco Ríos Seoane. Pedían la libertad de acción Gustavo Campagnuolo, Pablo Guede, Sergio Castillo, Eduardo Fuentes, Marcelo Pontiroli y Mauro Potenzoni.

La negativa y amenazas del dirigente produjo intervención de Agremiados. La entidad extendió el conflicto. Tanto que Diego Maradona y Oscar Ruggeri "se enfrentaron" en la sede gremial.

Ganó la pulseada de concretar una medida de fuerza y Diego, enojado, nunca perdonó a Sergio Marchi. Acompañaba a Carlos Della Savia y Juan Carlos Touriño en la conducción de FAA

Al tiempo, Marchi alcanzó el liderazgo. Hace poco, Maradona lo criticó duramente. Hace 20 años, Julio Grondona tampoco perdonó aquel conflicto, "la actitud gremial" de Ruggeri.

En marzo de 2017, la décima

La actual huelga de los futbolitas representa el décimo paro en la historia del fútbol argentino. El atraso de los pagos ocasionados por pésimos dirigentes que administran mal sus clubes generó una crisis de la que pareciera que no se puede salir.