El seleccionado argentino de básquetbol no pudo hacer mucho ante el poderío del representativo de los Estados Unidos y cayó anoche por 111 a 74, en uno de los ensayos de preparación, previo al comienzo de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, pautado para agosto venidero.

En el estadio T-Móbile Arena de la ciudad de Las Vegas, el candidato número 1 a quedarse con la medalla dorada en la máxima cita deportiva mundial hizo pesar la lógica diferencia de talla y su mayor jerarquía individual.

El alero Kevin Durant, flamante figura de los Golden State Warriors, se convirtió en el máximo anotador del cotejo con 23 puntos (11 en el último cuarto), 4 rebotes, 3 asistencias y 2 bloqueos.

El alero Paul George (Indiana Pacers) sumó 18 tantos (10 en el primer parcial) y 2 robos, mientras que el interno DeMarcus Cousins (Sacramento Kings) contribuyó con 14 unidades y 15 rebotes (7 de ellos en ofensiva).

Los aspectos más saludables de la derrota argentina los brindaron las reapariciones de Emanuel Ginóbili y Carlos Delfino.

El bahiense Ginóbili, escolta de los San Antonio Spurs que firmó contrato por una temporada más y sumará su decimoquinta campaña en la franquicia texana a partir de octubre venidero, vistió la camiseta del seleccionado nacional, después de aquel lejano cuarto puesto en Londres 2012, en la derrota con Rusia (77-81)

Pero quizás el ítem más gratificante de la noche estuvo en la vuelta de Delfino al rectángulo de juego.

Con una camiseta de color dorado, con el 10 estampado en la espalda; después de tres años de inactividad, 1.170 días visitando consultorios, médicos y 7 intervenciones quirúrgicas a su maltrecho pie derecho (a causa de una fractura en el escafoides), el santafesino sintió el placer de jugar nuevamente.