El lenguaje del fútbol es universal y una palmada y una mirada a los ojos fijamente sirve para que un niño que habla castellano -o catalán-, le exprese a otro, japonés, su consuelo.  

El Infantil B catalán conquistó la -según la prensa española-, prestigiosa World Challenge Cup en Tokyo, tras vencer en la final al Omya japonés por 1 a 0.

Al finalizar el encuentro, los jugadores del Barça acudieron inmediatamente a consolar a sus rivales, que lloraban tras haber perdido la final.

La circunstancia tomó relevancia en España porque estos mismos chicos japoneses hicieron lo mismo en una pasada final de torneo infantil tras derrotar al Real Madrid.