Boca fue un flash. Así como el jueves se le escurrió la Copa Argentina con dos goles de Central en cuatro minutos, esta vez noqueó con tres gritos en un cuarto de hora, el último del PT. Los primeros dos llegaron de dos muy lindas jugadas colectivas que cerró Bendetto y el tercero fue un bombazo de Pavón, en esa ráfaga entraron las que no fueron el miércoles en Córdoba. Y que las quejas de Gimnasia por una mano de Tevez en la previa del 1-0 (estuvo bien Baliño en no cobrarla) no tapen justamente el Bosque porque la victoria fue justa y casi un trámite después de que Carrera fuera expulsado después del primero.


Bienvenido este triunfo para Boca por distintas: por lo anímico, para levantarse después del golpazo en la Copa Argentina; por la tabla, porque ahora quedó a cinco de Estudiantes; y por lo número también porque Guillermo por primera vez pudo ganar de visitante en torneo local desde que asumió (no vencía desde el 17 de febrero). En lo futbolístico suma porque da algo seguridad, más allá de que en lo resta del semestre va a sobrevolar la frustración por haberse quedado afuera de las copas. Y lo bueno es que ahora al menos podrá pasar las dos semanas de receso con otra tranquilidad por este 3-0 en La Plata.

Benedetto fue el 9 y metió por duplicado. Tevez rindió armando juego, en los primeros dos goles, mostrando compromiso en medio de la incertidumbre por su futuro: en el 1-0 hasta casi agarra el rebote y en el segundo hizo un pase riquelmiano para el goleador. Fue una noche de paz y de resurrección para Boca, antes del receso, del viaje del martes para un amistoso con Sevilla y de una seguidilla exigente: Central, San Lorenzo, Racing y River. Lo importante es que se puso de pie rapidito y entre golpe y golpe mira expectante cerca de la punta.

Fuente Olé