i Nishikori o Alexandr Dolgopolov. Uno de ellos será el nuevo campeón del Argentina Open, heredero del título que conquistó Dominic Thiem hace doce meses. Desde las 14, el japonés y el ucraniano protagonizarán una final más que interesante para este certamen de la categoría 250, la menor dentro del circuito ATP.

Pero, al margen de estos nombres, acaso uno de los grandes ganadores de la semana haya sido Carlos Berlocq. El hombre de Chascomús redondeó un par de semanas para el recuerdo, como figura de la Argentina en la serie de la Copa Davis contra Italia, y como estandarte de la ilusión albiceleste en un torneo ATP que hace ya un largo rato no conoce de campeones locales. En la antesala de la definición, Berlocq afrontaba un examen riguroso ante el número 5 del mundo, y estuvo a la altura de esa exigencia, pero algunos errores le impidieron concretar otra victoria épica. Nishikori se impuso por 4-6, 6-4 y 6-3, luego de casi tres horas de combate bajo el intenso calor de Palermo. En ese fragor, Berlocq se impuso durante un buen rato; dio pelea hasta el epílogo del segundo set, cuando el saque lo traicionó. Tuvo una última chance en el tercero, con 2-1 y su saque, pero Nishikori pisó el acelerador. Dolgopolov ya le había ganado a Pablo Carreño Busta por 7-5 y 6-2.

"Lo que más valora el público es mi entrega, lo que dejo en la cancha más allá de cómo juego. Fue una semana con muchas cosas positivas. Dejé todo lo que tenía, estuve muy cerca de ganar el partido, sólo me faltó claridad mental en algunos momentos. Jugar como lo hice ante este tipo de jugadores me hace ver que estoy en el buen camino, pero no me puedo conformar con esto, tengo que mejorar mi tenis", dijo Berlocq, después de una ovación de pie que saludó su espíritu de sacrificio. En lo numérico, y a los 34 años, quedará cerca del puesto 66°, su mejor posición en el ranking tras casi dos temporadas.

Por otro lado, la derrota del Gladiador de Chascomús estiró la serie sin títulos argentinos en el único ATP que se celebra en nuestro país. David Nalbandian fue el último campeón local del Argentina Open, al ganarle en tres sets a Acasuso en 2008. Desde entonces, estuvieron cerca Chela -perdió la final de 2011 contra Almagro-, y Mónaco, vencido por Nadal en 2015. Un déficit que se explica en cuadros a veces complejos -fueron campeones Ferrer, Wawrinka y Nadal, entre otros- y en bajones inesperados, sin soslayar que Juan Martín del Potro, la principal figura del tenis en nuestro país en la última década, casi siempre eligió otros torneos. Nishikori, cuatro veces campeón sobre el cemento de Memphis -se juega esta misma semana-, eligió bajar al polvo de ladrillo sudamericano, lo mismo que Dolgopolov. Uno de ellos festejará.

La Nación.