Milagro de San Lorenzo, como aquel en el 2014 con el ‘Patón’ Bauza. En una definición de locos, con una oreja puesta en lo que pasaba entre Atlético Paranaense y Universidad Católica, el ‘Ciclón’ estuvo a segundos de quedar eliminado de la Copa Libertadores, pero lo ganó sobre la hora y terminó quedándose con el primer lugar del Grupo 4, para ya pensar en los octavos de final.

Esta Copa tiene estas cosas, y la gente del Nuevo Gasómetro lo sabe. No fue el mejor partido del equipo de Diego Aguirre, aunque, dependiendo de sí mismo, siempre fue el que propuso y tuvo la iniciativa ante un Flamengo que llegó como puntero a la Argentina, pero prácticamente no generó peligro al arco rival y terminó quedándose afuera del certamen.

El ‘Ciclón’ comenzó con todo, yendo en busca de la apertura del marcador, aunque con más ganas que ideas claras. Y encima, casi sin merecerlo, el equipo brasileño rompió la paridad con un golazo del lateral Rodinei, que puso el 1-0 con el que cerraría la primera etapa.

Llegaban malas noticias desde Chile, y San Lorenzo no podía en el Bajo Flores. Aguirre movió el banco, se la jugó otra vez por el pibe Barrios, quien participó activamente en las dos conquistas del equipo, primero, con el centro para el empate de Marcos Angeleri.

Se moría el partido, y Atlético Paranaense daba el golpe en el país trasandino, con lo que la igualdad no le servía al ‘Cuervo’, que recién en tiempo recuperado, con el último suspiro, pudo conseguir la agónica victoria: la peleó el pibe Barrios, y Fernando Belluschi, de flojísimo encuentro, definió de zurda para el delirio de todo el Nuevo Gasómetro.

De esta forma, en la última jugada, San Lorenzo pasó de estar eliminado a meterse en los octavos de final ganando el Grupo, y de yapa, sacar del certamen a un grande como Flamengo. Con 10 unidades, el ‘Ciclón’ quedó como líder en la última jornada, mientras que el Paranaense, con los mismos puntos, fue el escolta y el otro clasificado a la siguiente ronda.