Durante mucho tiempo la salpicadura blanca y grisácea situada en el hombro izquierdo del personaje central de una de las versiones del perturbador cuadro de Edvard Munch fue un verdadero misterio; estaban quienes consideraron que era un residuo de pintura, una marca hecha intencionalmente por el autor, o incluso, un excremento de pájaro.

Pero finalmente, los científicos de la Universidad de Amberes, en Bélgica, con el apoyo del centro de investigación alemán DESY sometieron al cuadro a un escáner fluorescente de rayos X (MA-XRF) y lograron tomar una muestra microscópica de la sustancia.

Resuelven el misterio del cuadro "El grito" del noruego Edvard Munch

Finalmente tras un extenso análisis se concluyó que la mancha era en realidad cera procedente,  muy probablemente, de alguna vela del estudio de Munch.

"Creemos que había una vela delante del cuadro y que, al soplar la pintura, algo de cera se derramó sobre el lienzo", señaló la investigadora Tine Froysaker a 'Der Tagesspiegel'.

La más famosa de las cuatro versiones de 'El Grito' se halla en la Galería Nacional de Noruega y es considerada la más antigua y valiosa. Otras dos están expuestas en el Museo Munch en Olso, mientras que la última fue subastada en el 2012 por cerca de 110 millones de dólares.