"El Suprematismo es el arte puro reencontrado, ese arte que, con el andar del tiempo, se ha vuelto invisible, oculto por la multiplicación de las cosas", escribió Kazimir Malevich en el manifiesto dado a conocer en 1915;  el mismo año en que pintó Cuadrado Negro y con el que se considera el inicio del arte abstracto. 

Un cuadrado negro que, como indicó el especialista Joseph Kiblitsky, -  junto con la curadora de la muestra,  la Dra. Eugenia Petrova y la directora de Proa, Adriana Rosenberg- es "una marca ya tan conocida como la Coca- Cola". Si bien el movimiento artístico ruso Suprematista, que fue contemporáneo al Constructivismo, es una pieza clave del recorrido en la retrospectiva, ésta esta pensada para conocer a Malevich en sus diferentes procesos en el mundo del arte. 

Por primera vez en el país se expone la obra del fundador del suprematismo,  Kazimir Malevich

"Los tratados teóricos y las búsquedas artísticas de Malevich están penetrados, casi en su totalidad, por las ideas sobre el Universo, el Cosmos y la relación entre el Hombre y el Espacio circundante. En este sentido, Cuadrado negro, se convierte para Malevich en una expresión filosófico-artística de la Nada Universal, de la inexistencia completa, donde nace -sin embrago- algo Nuevo y Desconocido", desarrolla Petrova en "El camino creativo de Malevich". 

La muestra se inaugura con un recorrido por la cronología en la vida del artista y un vídeo realizado por Kiblitsky para que el visitante pueda comprender el contexto social (fines del siglo XIX y principios del XX en Rusia) que atravesó la vida de este artista soviético, nacido en Kiev (Ucrania) en 1878. Malevich tuvo su primera exhibición en 1911 y una activa participación en el ambiente artístico luego de la Revolución Rusa de 1917 con publicaciones teóricas y pedagógicas que lo ubicaron en un lugar destacado de la vanguardia.

Composición con La Gioconda (Augurio Parcial), 1914.
Composición con La Gioconda (Augurio Parcial), 1914.

El simbolismo y los primeros trabajos cubofuturistas impactan al visitante con su particular lenguaje visual que luego, en la segunda sala, da un salto hacia el Suprematismo. Malevich escribió, en 1915, sobre el movimiento que fundó: "El valor estable y auténtico de una obra de arte (sea cual sea la escuela a que pertenezca) consiste exclusivamente en la sensibilidad expresada". Y es esa nueva sensibilidad la que no sólo va a expresarse en los lienzos sino también en la vida cotidiana con las piezas de porcelana y los "arquitectones" (arquitectura utópica) al pensar en una nueva forma de vida en la que el arte no se encierra en una torre de marfil y se piensa "en relación con el pueblo". 

En la tercera sala puede apreciarse la vuelta de Malevich a la figuración en su "segundo ciclo campesino" pero sin desconocer sus  experimentaciones previas con escenas rurales de trabajadores sin rostros o cuyas cabezas fueron reemplazadas por cuadrados rojos y negros.  Una explosión de colores que ofrece una nueva mirada sobre la cotidianidad y la necesidad de retomar los valores de la Revolución Rusa. 

Por primera vez en el país se expone la obra del fundador del suprematismo,  Kazimir Malevich

La muestra continúa en el primer piso de la Fundación en la que el foco principal está en los trajes e idea de la anti-opera La victoria sobre el sol. La réplica de los trajes (reconstruidos en 2013) permite apreciar lo revolucionario de las ideas de Malevich. Kibilistky explica: "Se trata un tipo de ópera conocido en Rusia como misteria (ópera donde se mezclan temas religiosos y mundanos), que fue compuesta en 1913 por Alexei Kruchenyj (libreto), Mijail Matiushin (música) y Kazimir Malévich (trajes y decorados) . Debió pasar mucho tiempo antes de que fuera revalorizada la importancia de esta ópera capital, y se intentara su reconstrucción". Incluso en el día de su estreno, luego de tan solo dos ensayos, no estuvo exento de incidentes con los jóvenes actores y el escaso presupuesto para su realización. Las reconstrucciones de los  trajes exhibidos atraen por su tamaño, colores y por cierta fragilidad de los materiales junto con la visualización de otra forma de comprender las formas. 

Continuando con la idea de presentar al visitante un orden cronológico sobre el trabajo de Malevich, la muestra finaliza con imágenes del funeral del artista (San Petersburgo, 1935) que pidió ser "velado junto a sus obras" mientras recibía el reconocimiento de sus contemporáneos. Además puede apreciarse una copia de su mano y máscara mortuoria. 

20 años de Proa

"Kazimir Malevich traza una línea divisoria con respecto a la presentación en la pintura", escribe Adriana Rosenberg en pleno comienzo de los festejos por los 20 años de la Fundación  donde siempre se da lugar, desde sus inicios, a la "presencia de los grandes maestros de la historia del arte del siglo XX; Lucio Fontana, Marcel Duchamp, Ruffino Tamayo, Giacometti, el Universo Futurista, Louise Bourgeois o Dan Flavin y Sol Lewitt, entre muchos otros". 

La muestra de Malevich es una gran pieza dentro del festejo de la Fundación que además propondrá clases magistrales, ciclos, un completo catálogo contextualizador y diversas actividades educativas que pueden chequearse en su web hasta el mes de noviembre. 

La retrospectiva de Kazimir Malevich invita a conocer, por primera vez en nuestro país, un momento único y artístico de la humanidad donde la revolución estaba a flor de cada pincel, mirada e idea. 

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Por primera vez en el país se expone la obra del fundador del suprematismo,  Kazimir Malevich

Fundación PROA
Av. Pedro de Mendoza 1929 La Boca, Caminito Buenos Aires, Argentina

De martes a domingo
11 - 19 hrs.
Lunes cerrado.

MALEVICH- RETROSPECTIVA (Colección del Museo del Estado Ruso) Muestra hasta noviembre, 2016. 

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