Mariana Enriquez una vez se definió como "una chica oscura", y le creemos; damos fe que su último libro "Alguien camina sobre tu tumba" nos transmite una atmósfera que se mece entre el morbo que despiertan los cementerios y las historias que nos atrapan. Una conjunción que hizo que la destreza literaria de Enriquez fuera elegida para ser finalista del Premio del Lector de la última feria del libro.

Esta vez, no vamos a centrarnos en la escritura de Enriquez sino que nos focalizamos en sus lecturas que al final de cuentas nunca dejan de ser el espejo de lo que se escribe. Un ping pong con la que siempre termina lo que alguna vez empieza.

DR- ¿Cómo leés habitualmente? ¿Marcás textos, en soledad, en voz alta? ¿Tenés algún lugar de tu casa que sea tu preferido para leer?
Mariana Enríquez (ME)- Leo en el sillón o en la cama, subrayo y marco todos los libros, nunca leo en voz alta y tengo que estar sola. Termino todos los libros que empiezo, aunque no me gusten, es una especie de tara obsesiva de la que no puedo desprenderme. Leo libros de papel y también leo en Kindle. Leo menos en pantalla de computadora porque me resulta incómodo.
DR- ¿Cómo combinás los procesos de lectura y escritura? ¿O cuando escribís pausás lecturas?
ME- No dejo nunca de leer, así que tampoco paro cuando escribo; además, para mí, leer y escribir son partes de un mismo proceso. Para escribir, además, necesito leer, recurro a la biblioteca muy seguido, no creo en la “interferencia”.
DR- ¿Qué libro(s) estás leyendo ahora? ¿Hacés lecturas múltiples?
ME- Cuando era más chica leía un libro por vez, me parecía lo más prolijo. Ahora esa disciplina me resulta una tontería. Suelo leer por trabajo –libros para comentar o para documentar una nota-- y por exclusivo gusto o relacionados con mi escritura personal. Ahora mismo estoy leyendo varios por todos los motivos anteriores: la Trilogía Africana de Chinua Achebe, The Occult de Colin Wilson, Sofoco de Fernando Noy, La casa en el confín del mundo de William Hope Hogdson, Eva. Alfa y Omega de Aurora Venturini y La chica de Nueva Inglaterra de Sherwood Anderson.
DR- Al mejor estilo Farenheit de Bradbury si sólo pudieras memorizar un libro ¿Cuál elegirías?
ME- Una temporada en el infierno, de Rimbaud
DR- ¿Qué lecturas recomendás?
ME- Es muy difícil para mi recomendar lecturas tan en general, sin caer en lo obvio. Qué podría decir, Shakespeare, Virginia Woolf, Borges, Rulfo, Puig. Prefiero hacer una recomendación específica. A mi me gusta mucho y diría que me dedico especialmente a leer fantástico y horror. Me gustaría recomendar una lista de diez escritores contemporáneos del género y sus alrededores (que yo llamaría 'fantasía oscura') que me parece están en un momento genial o tiene algunos libros excelentes: Steve Ericksson, Kelly Link, Javier Calvo (especialmente “Corona de flores”), Albert Sánchez-Piñol (por “La piel fría), Neil Gaiman, John Ajvide Lindqvist (por “Déjame entrar”), Karen Russell, Joe Hill (incluyendo su cómic “Locke & Key”), Caitlín R. Kiernan y China Mièville.

DR- ¿Cómo leés habitualmente? ¿Marcás textos, en soledad, en voz alta? ¿Tenés algún lugar de tu casa que sea tu preferido para leer?


Mariana Enríquez (ME)- Leo en el sillón o en la cama, subrayo y marco todos los libros, nunca leo en voz alta y tengo que estar sola. Termino todos los libros que empiezo, aunque no me gusten, es una especie de tara obsesiva de la que no puedo desprenderme. Leo libros de papel y también leo en Kindle. Leo menos en pantalla de computadora porque me resulta incómodo.


DR- ¿Cómo combinás los procesos de lectura y escritura? ¿O cuando escribís pausás lecturas?


ME- No dejo nunca de leer, así que tampoco paro cuando escribo; además, para mí, leer y escribir son partes de un mismo proceso. Para escribir, además, necesito leer, recurro a la biblioteca muy seguido, no creo en la “interferencia”.


DR- ¿Qué libro(s) estás leyendo ahora? ¿Hacés lecturas múltiples?


ME- Cuando era más chica leía un libro por vez, me parecía lo más prolijo. Ahora esa disciplina me resulta una tontería. Suelo leer por trabajo –libros para comentar o para documentar una nota-- y por exclusivo gusto o relacionados con mi escritura personal. Ahora mismo estoy leyendo varios por todos los motivos anteriores: la Trilogía Africana de Chinua Achebe, "The Occult" de Colin Wilson, "Sofoco" de Fernando Noy, "La casa en el confín del mundo" de William Hope Hogdson, Eva. "Alfa y Omega" de Aurora Venturini y "La chica de Nueva Inglaterra" de Sherwood Anderson.


DR- Al mejor estilo Farenheit de Bradbury si sólo pudieras memorizar un libro ¿Cuál elegirías?


ME- "Una temporada en el infierno", de Rimbaud.


DR- ¿Qué lecturas recomendás?

ME- Es muy difícil para mi recomendar lecturas tan en general, sin caer en lo obvio. Qué podría decir, Shakespeare, Virginia Woolf, Borges, Rulfo, Puig. Prefiero hacer una recomendación específica. A mí me gusta mucho y diría que me dedico especialmente a leer fantástico y horror. Me gustaría recomendar una lista de diez escritores contemporáneos del género y sus alrededores (que yo llamaría 'fantasía oscura') que me parece están en un momento genial o tiene algunos libros excelentes: Steve Ericksson, Kelly Link, Javier Calvo (especialmente “Corona de flores”), Albert Sánchez-Piñol (por “La piel fría"), Neil Gaiman, John Ajvide Lindqvist (por “Déjame entrar”), Karen Russell, Joe Hill (incluyendo su cómic “Locke & Key”), Caitlín R. Kiernan y China Mièville.

Mariana Enriquez

Alguien camina sobre tu tumba

(Galerna) 280 páginas

Mariana Enriquez nació en 1973 en Buenos Aires. Es licenciada en Periodismo y Comunicación Social por la Universidad Nacional de La Plata, subeditora del suplemento Radar del diario Pagina/12 y docente de Especialización en Periodismo Cultural de la UNLP. Publicó las novelas Bajar es lo peor (Espasa Calpe, 1995 y Galerna, 2013) y Cómo desaparecer completamente (Emecé, 2004), la colección de cuentos, Los peligros de fumar en la cama (Emecé, 2009), la nouvelle Chicos que vuelven (Eduvim, 2010) y los relatos de viajes Alguien camina sobre tu tumba. Mis viajes a cementerios (Galerna, 2013). Sus relatos aparecieron en antologías de Chile, México, España, Bolivia, Ecuador, Perú y Estados Unidos. Parte de su obra ha sido traducida al alemán y al italiano