Coco y Rolo se bailaron todo a pesar de estar rozando los 80. Pero el "se bailaron todo" es literal: apenas descansaron para ir por una botella de agua. La música que recuerda sus años mozos en la memoria estaba viva otra vez, frente a ellos, obligando a cientos de cuerpos a moverse, casi de la misma manera en que las orquestas colombianas que llegaron a Buenos Aires a finales de la década de 1930 y 1940, abarrotaban los salones nocturnos.

Aquellos que conocemos el amor y la banca que los músicos marplatenses tienen en su propia ciudad, ya sabíamos que la fiesta de la Cumbia Grande tiene pocos momentos de descanso. Esta vez, centenares de porteños se animaron a dejarse llevar por los bronces, los clarinetes y los estridentes redobles del director musical, Marcos Basso.

Las pegadizas melodías que lideran los clarinetes y la sección completa de saxos, tienen en el contrabajo, el tambor y el cencerro la base incansable, decorada con coros dorados de trompetas, trombones y cornos desde el fondo del escenario de La Trastienda.

El repertorio que hacen los casi 30 intérpretes sobre las tablas está basado en las composiciones originales de las Big Bands de Lucho Bermudez, Pacho Galan, Alex Acosta, Climaco Sarmiento, Juan Piña, Pedro Laza, Rufo Garrido, Edmundo Arias entre otros, con géneros típicos del folklore colombiano.

Sin embargo, el son cubano, el mambo o el bolero iluminan las adaptaciones de estas músicas negras que se retroalimentan en cada canción, además de darle la chance a Coco de apoyar su mejilla sobre la de su compañera.

"Con arreglos originales escritos especialmente para esta formación, la orquesta Cumbia Grande pretende revivir el sonido inigualable de las grandes orquestas de las décadas del`30 y`40 que hicieron bailar a Colombia y a gran parte de los países de latinoamérica", se autodefinen en su página de Facebook.

"¡Que hacés grabando con el celular!", me gritó uno de los longevos bailarines señalandome -y exigiendo- que tomara la mano de una joven rubia que desarmaba su postura con una 'sabrosura' y estilo, impecables. Pude aguantar hasta el final de la canción, y luego obedecí con gusto.

Te dejamos un pedacito de su show en el Club Kimberley de Mar del Plata, en abril pasado, donde podés apreciar cómo viven los marplatenses esta fiesta de ritmo anclada en el pasado, pero más viva que nunca.