"Hay momentos en los que quisiera ser perfecta" así nos presentan a Victoria, el centro de esta historia, en la que la culpa, el deseo y la necesidad de salirse de una realidad que la ahoga funcionan como motores de los acontecimientos.

El punto de inflexión comienza cuando la protagonista se reencuentra con Santiago, un ex al que dejó, para terminar sus estudios y luego casarse con Martín el padre de sus dos hijos.  Santiago es profesor de yoga, medita, parece vivir en un mundo distinto y eso la atrapa desde un primer momento.

Ella transita un matrimonio en el que siente que "no la entienden" que se suma a una historia familiar con una dosis de soledad y obligaciones autoimpuestas.

El triángulo amoroso, que se focaliza más en el romance entre los amantes- ya que el marido pasa a ser más una figura que funciona como disparador de las discusiones y reflexiones de Victoria- incluye amistades, relaciones que se abren y secretos familiares.

Es válido destacar el estilo de Cornejo al narrar;  realmente logra un ritmo que corre en ese mundo de buen pasar económico, mucamas, polo, viajes, jardinero, sushi con amigas y las madres del colegio. Un lenguaje que resulta totalmente verosímil con la idiosincracia de sus personajes junto a sus escenarios.

Otro punto a favor es que Cornejo permite que el lector no quede encerrado en la mera lógica de empatizar a ciegas con Victoria sino que la muestra contradictoria y por eso humana y posible.

Las escenas de sexo fluyen y son precisas pero sin hacer que la trama se torne erótica sino que flota más un aire de instrospección en todo el texto.

La aparición de un cuadro y un hombre funcionarán como una nueva punta- exmachina- que rompe el triángulo y plantea la posibilidad de un "final feliz".

Cornejo apuesta a una historia clásica de infidelidades, culpas y necesidades que atrapa por sus diálogos y virtuosismo en crear personajes posibles aunque la protagonista no logra desvestirse del todo.

Descalza, novela de Lucila Cornejo

Vicinguerra, La novela universal 2014

368 p.