Tras los actos del 17 de octubre pasado, por el día de la Lealtad, quedó plasmado el juego de algunos de los exjefes comunales del peronismo, que se acercan al oficialismo para recuperar el poder. Todos pasaron en algún momento por el hoy opositor Frente para la Victoria y distintos sellos del peronismo, pero ahora se pintan de amarillo o acuerdan lo que pueden. El Gobierno los recibe principalmente por parte de Gerónimo 'Momo' Venegas. El sindicalista de los peones de campo y titular del partido Fe es el conductor de una ambulancia que levanta dirigentes con sed de revancha en el pago chico. 

Quien ya está abiertamente con Cambiemos es Jesús Cariglino. El barón caído de Malvinas Argentinas, que perdió a manos de Leo Nardini, estuvo en el escenario en el acto que organizó el Momo en La Plata, junto a varios funcionarios nacionales y provinciales. Cariglino ya había coqueteado con el PRO en 2015, pero se terminó quedando en el Frente Renovador con Sergio Massa.

Pero el exmassista tiene un problema grave, o varios, porque entre otras cosas está denunciado por enriquecimiento ilícito durante su larga gestión de más de dos décadas de Malvinas. Pero además, mientras Cariglino participaba del acto en La Plata, los consejeros del PJ de local le pidieron que renuncie al cargo de presidente bajo acusación de “traidor” y que en su lugar, asuma su verdugo y archienemigo, Nardini.

Otro que le tira centros al Gobierno y articula con Venegas es Darío Giustozzi, exintendente de Almirante Brown, y diputado nacional. Recordemos que en 2013 rompe con el FpV para apoyar la aventura renovadora de Sergio Massa. De hecho, fue segundo en la lista de diputados en las elecciones donde el tigrense se impuso en las urnas. Fue la cresta de la ola para Darío, porque luego terminaría peleado con Massa debido a que en las elecciones del año pasado no lo tuvo en cuenta como candidato a Gobernador. Terminó por hacer uso de la garrocha para regresar al FpV antes del cierre de listas de 2015. Deja momentáneamente su banca de Diputados, y vuelve Brown para revalidar como intendente. Pero los vecinos no le perdonan las idas y vueltas y pierde las PASO con Mariano Cascallares, quien hoy gobierna el distrito.

Giustozzi ahora conforma el bloque en Diputados que se llama Juntos por Argentina, que es aliado del oficialismo en la Cámara. De ese espacio de Diputados también participa otro exmassista: Sandro Guzmán, el exintendente de Escobar (hoy administrado por Ariel Sujarchuk).

Guzmán también la garrocheó (si se permite el verbo) el año pasado, pero no le dio para presentarse en las Primarias municipales. Hoy se mantiene en ese bloque de diputados peronistas que habitualmente apoya a Cambiemos en el recinto.

Y si de barones de trata, está el caso retro de Valdomero 'Cacho' Álvarez, exintendente de Avellaneda. Cacho también está con el Momo y busca vengarse de Jorge Ferraresi. El actual jefe comunal, supo ser secretario de gobierno de Cacho y asume el cargo de manera interina. Pero al poco tiempo se hacen evidentes las diferencias y Ferraresi se queda con el poder y la dirigencia local. Cacho volvió a pisar escenarios ahora, y todavía no tiene un armado propio consolidado. 

Otro barón caído en desgracia es Raúl Othacehé. Hasta comienzos de año, exjefe de Merlo mantenía sus influencias en el distrito que hoy lidera Gustavo Menéndez. Fue incluso señalado por estar detrás de la toma de tierras en el distrito, durante el verano.

Sin embargo, lo que contaron fuentes del distrito, es que el Vasco hoy vive un panorama desolador. El lunes, también durante el día de la Lealtad, mientras los locales de Menéndez "explotaban de gente", según nos contaron, en los de Otahacehé "no había ni 50 personas".

Asimismo, el Vasco tendría un delfín colado en el PRO. Siempre se dijo que Pablo Coccuza, excandidato a intendente de Cambiemos, le responde directamente. En cualquier caso, el mal momento del Vasco hace que sus movimientos hoy no le preocupen a nadie en el distrito.

Si bien María Eugenia Vidal decidió no estar en la foto del acto del 17 que el Momo organizó en La Plata en el Club Atenas, el oficialismo puso en el escenario a varias de sus figuras. Como fue el caso del ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, quien hizo uso de la palabra antes de Venegas. Lo que muestra esta participación es que en su necesidad de crecer, el PRO acepta la llegada de estas figuras, que otrora fueran demonizadas como los sujetos de la "vieja política" que había que 'cambiar'. Hoy, los exbarones peronistas, esos a los que hasta el electorado terminó por darles la espalda, son parte del sector con que el Cambiemos acuerda para gobernar.