Los científicos realizaron dos experimentos para llegar a la conclusión que ver caras atractivas puede ser favorable para el organismo humano y mejorar la memoria.

En el primer experimento a 58 estudiantes de ambos sexos de una universidad les hicieron mirar a la cara a un estudiante del sexo opuesto durante 7 segundos, y posteriormente les narraron una historia con detalles sobre la vida de dos personas. Al momento de las preguntas sobre los detalles, las personas que miraron las caras más atractivas recordaban más detalles en comparación de los participantes que observaron personas con rasgos más comunes.

El segundo experimento 123 estudiantes divididos en tres subgrupos debían primero mirar rostros, escuchar la historia y volver a mirar rostros para luego ser consultados sobre la historia. El primer grupo miró caras atractivas en la primera tanda, y luego caras corrientes. Con el segundo grupo se invirtió, primero vieron rostros corrientes y después rostros atractivos. Y para el tercer grupo solo vieron rostros corrientes. Con los resultados de este experimento se llegó a la conclusión que quienes comenzaron el experimento viendo rostros atractivos recordaron más detalles que el resto de los participantes.

Según explica Michael Baker, quién lidero el estudio, “las expectativas de tener una relación pueden conducir a la gente a desarrollar rasgos mentales deseables”. Es así que los rostros atractivos elevaron el rendimiento y la concentración de los participantes.