En la madrugada de este martes, Donald Trump promulgó la ley que permite a los proveedores de internet vender datos de sus clientes sin su consentimiento previo.

La nueva norma elimina las garantías de privacidad impuestas por la administración de su predecesor, Barack Obama, y que obligaba a las empresas a mantener la confidencialidad de los historiales de búsqueda o la localización de los usuarios.

El presidente de los Estados Unidos suscribió la norma que había sido aprobada la semana pasada en el Congreso por una mayoría ajustada -solo la votaron legisladores republicanos-, y suscitó el rechazo de especialistas y organismos defensores de derechos civiles.

Es que la nueva ley barre con una serie de garantías de privacidad establecidas en noviembre pasado por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) y que, por cierto, aún no habían entrado en vigor.

Al menos, la normativa anterior hubiera obligado a las proveedoras de internet a obtener el consentimiento de sus clientes antes de utilizar su información geolocalizada, financiera y de salud, así como sus búsquedas web, para venderla a terceros.