Un matrimonio de Beit She'an halló por casualidad dos impresionantes bustos de 1.700 años de antigüedad, que se encontraban semienterrados en ruinas romanas ubicadas en esa ciudad del norte de Israel.

La mujer fue la que vio la parte superior de una de las cabezas que sobresalían del suelo cuando estaba paseando por la antigua localidad, por lo que el matrimonio llamó a la Unidad de Prevención de Robos de la Autoridad de Antigüedades de Israel.

"Estos bustos fueron hechos de piedra caliza local y muestran rasgos faciales únicos, detalles de la ropa y peinados. Parece que al menos uno de ellos representa a un hombre con barba", dijo a la prensa Eitan Klein, subjefe de esa Unidad.

Según se sabe, bustos como los hallados en Beit She'an se colocaban cerca de una cueva de entierro o dentro de ella, y probablemente representaba la imagen de una persona allí enterrada.