Un bebé genéticamente "perfecto" nació este fin de semana en la ciudad de Córdoba con el método de diagnóstico genético de preimplantación (PGS). Pesa 3,4 kilos y está en óptimas condiciones al igual que su mamá, que lo tuvo por cesárea, informaron fuentes médicas a medios locales.

El tratamiento consiste en un análisis genético embrionario para la detección de anomalías en el número de cromosomas y se realizó en la Fundación Fecundart, de la capital cordobesa.

"De esta manera aumenta el porcentaje de éxito por transferencia y también la probabilidad de tener un bebé 'sano' (denominado como "bebé perfecto") mediante la selección de embriones con la cantidad normal de cromosomas", explicó José Pérez Alzaa, director médico de la institución.

El especialista aclaró a la emisora radial Cadena 3 que "no es el bebé perfecto", sino que se trata de "un niño al que se le hizo un estudio para evaluar su composición cromosómica que se implantó muy bien y nació, gracias a Dios, muy bien", ya que cuando se supo la noticia hubo polémica al respecto. 

El PGS identifica los embriones sanos cromosómicamente para la transferencia y descarta los que no lo son, se utiliza en diagnósticos de anomalías cromosómicas como puede ser el síndrome de Down, y permite determinar si ese embrión tiene un número "normal" de cromosomas.

El tratamiento cuesta 2.500 dólares y puede ser cubierto por la obra social cuando "la pareja es portadora de algún problema cromosómico", pero no en los casos en que "es selectivo y la pareja no tiene problemas", sostuvo el especialista.