No usaban cepillos de dientes, ni pasta dental o enjuague bucal, sin embargo los antiguos romanos- al menos los analizados en Pompeya- tenían dentaduras perfectas que serían la envidia de cualquier ciudadano moderno. 

¿Cómo es posible? La respuesta está en que no comían algo de lo que actualmente se abusa, azúcar. Científicos de la Superintendencia Arqueológica de Pompeya utilizaron escáneres para examinar a 30 habitantes de esa ciudad cuyos cuerpos quedaron preservados por las cenizas del Vesubio. 

El equipo liderado por el radiólogo Giovanni Babino, aseguró que los antiguos romanos tenían "dientes perfectos" y "ninguna necesidad inmediata de dentistas".

Massimo Osanna, superintendente de las ruinas Patrimonio de la Humanidad, destacó que la dieta era "balanceada y saludable, similar a la que hoy conocemos como dieta mediterránea".

Aunque no era todo sonrisas en términos de salud ya que los pompeyanos sí tenían huesos débiles por el exceso de flúor en el agua que bebían de los manantiales ubicados a los pies del Vesubio. 

La ciencia revela por qué los antiguos romanos tenían dentaduras perfectas

En las investigaciones, los científicos también pueden identificar las posibles clases sociales y estilos de vida de los cuerpos analizados como por ejemplo, si usaba los dientes para cortar cosas, si fumaban o si tocaba la flauta todo a partir de las radiografías y escáneres. 

Se utiliza una maquinaria que puede realizar 16 cortes con imágenes de los cuerpos en 100 segundos y que ofrecen una vista detallada de los mismos.