En Acciaroli, un pequeño pueblo de pescadores entre el mar y la montaña en el sur de Nápoles, más de un habitante de cada diez es centenario. La longevidad de los vecinos llamó la atención de científicos norteamericanos que decidieron estudiar allí cómo hacen para ser tan longevos.

"Somos los primeros científicos que recibimos permiso para estudiar a los habitantes de Acciaroli", dijo Alan S. Maisel, profesor de medicina cardiovascular en San Diego. En el pueblo hay 81 personas centenarias, entre tan sólo 700 habitantes, pero nadie se asombra. "Sólo comemos cosas sanas", explica Antonio Vassallo, que festejó hace poco sus 100 años.

La alimentación es un indicio importante para los científicos. Sobre todo porque la famosa dieta mediterránea fue identificada en esta misma zona, en la región del Cilento, por el estadounidense Ancel Keys, hace casi 60 años.

"Comemos mucho pescado, productos del campo que cultivamos nosotros mismos. Tenemos nuestros propios conejos, nuestros pollos. Todo son productos de la tierra", revela la mujer de Antonio, Amina Fedollo, de 93 años. "Consumimos el aceite de oliva que producimos", agrega.

Entre las 80 personas ancianas que participaron en el estudio, ninguna sufría la enfermedad de Alzheimer y todas practicaban una actividad física a diario, como la pesca, el mantenimiento de su huerta o la caminata.

"Muchas de estas personas parece que mantienen una actividad sexual", agrega el investigador. ¿Sería entonces el secreto de esta longevidad algo tan simple como una vida sana, al aire libre, un poco de actividad física y un estilo de vida mediterráneo?

"El proyecto no sólo va ayudar a develar algunos secretos para envejecer bien, además servirá para unir a científicos alrededor del mundo para lograr un mejor cuidado clínico de la población más envejecida", sostiene uno de los científicos.