En nuestro planeta, el 90 por ciento del metano que hay en la atmósfera lo producen los seres vivos: procesos de descomposición de la materia orgánica en ausencia de oxígeno (anaerobiosis); la combustión (incendios) de biomasa en bosques tropicales y sabanas; determinadas acumulaciones de hidrocarburos tales como campos de petróleo, gas y carbón a través de fugas; etc.

El nuevo hallazgo en Marte abre entonces nuevas vías de investigación orientadas a esclarecer cuáles son las fuentes que lo producen en ese planeta, entre las que podría estar algún tipo de actividad biológica. Vale advertir, no obstante, que hay otras posibles explicaciones.

Lo único que se sabe hasta ahora es que algo misterioso hace que los niveles de metano se multipliquen hasta por diez y luego vuelvan a bajar de forma brusca, según explican en Science los científicos del Curiosity.

Las mediciones actuales de la concentración de metano en la atmósfera marciana las hace el instrumento 'SAM', a través del espectrómetro láser sintonizable, y los resultados indican que si bien los niveles son generalmente inferiores a lo que los modelos predecían, repuntan episódicamente, lo que implica que el gas es producido periódicamente por una fuente cercana pero desconocida.

Según Science, los 'chorros esporádicos' de metano se deberían a una correlación con determinadas variables ambientales, como humedad relativa del aire o temperatura ambiente.